Toda oración tiene una ocasión y Dios nos invita a mantenernos en oración. Efesios 6:18 nos motiva diciendo: “No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios”.
¿Estás atravesando una dura temporada?
Señor y Dios de los cielos, nos presentamos a tí, para rogarte que extiendas tu mano poderosa y nos sostengas en medio de las temporadas duras de la vida. Que nos dés la sabiduría, la fortaleza y la diligencia que se requiere para enfrentarlas y más que eso, el entendimiento para aprender las lecciones contenidas en cada situación adversa.
Que nuestro corazón se mantenga fiel a ti, cuando las temporadas buenas lleguen, de modo que la alegría, la satisfacción y el éxito no nublen nuestros pensamientos y nos olvidemos que es por tu gracia, misericordia y amor, que estamos rodeados de bendiciones.
Danos la capacidad de mantenernos sobrios y firmes en la certeza de que “todo es oportuno” en nuestras vidas y necesario para madurar nuestro carácter.
Te adoramos y bendecimos tu grandeza. En Cristo Jesús, amén y amén.
Declaración de confianza
Señor te adoramos, reconocemos que eres un Padre excepcional y que en todo lo que sucede en nuestras vidas, está tu mano interviniendo para ayudarnos a superar las adversidades que incluso son provocadas por nuestro orgullo.
Necesitamos de ti y sabemos que vas a ayudarnos sin importar lo grave de nuestra situación, porque estás dispuesto a hacer lo que sea necesario para que veamos con claridad tu amor actuando a nuestro favor.
Aunque nuestro presente pueda parecer inconcluso o un tanto desalentador, sabemos que tú estás obrando diariamente en nuestras vidas para entregarnos un futuro lleno de tu gloria.
Te amamos Señor, nuestro corazón es y será siempre tuyo.
Amén
Enfrentando el temor
Señor y Dios de los Cielos y de la tierra, abrimos nuestros corazones delante de tí para suplicarte que vengas a nuestras vidas y nos hagas libres con tu verdad.
Nada ni nadie podrá separarnos de tí. No existe nadie que pueda superarte o que pueda tomar nuestras vidas para destruirlas si tú vas delante de nosotros.
Eres nuestro refugio seguro, nuestro abrigo, la calidez de nuestra alma en tiempos de frío y nuestra certeza en medio de la incertidumbre.
Recibe nuestro corazón cansado y abatido Señor y llénalo de tu paz. Toma toda preocupación de nuestra vida y conviértela en una oportunidad de ver tus maravillas.
Estamos agotados a causa del temor, necesitamos caminar tomados de tu mano, deseamos escuchar tu voz de aliento día tras día para fortalecer nuestra fe y animar nuestras manos caídas.
Queremos ser verdaderos guerreros, listos para la batalla, seguros de que tú eres quien nos gobierna, nos comanda, nos dirige y nos haces diestros para conseguir la victoria.
No hay enemigo que pueda intimidarnos ni limitación que pueda detenernos porque en tí somos más que vencedores.
Vamos a vivir el tiempo que nos queda sobre la tierra agradeciendo tus bendiciones y disfrutando de todo lo que hiciste para nosotros. Nuestro paso por la tierra dejará historias que contar acerca de tu amor, de tu grandeza y de tu poder.
Somos tus hijos y el mayor de nuestros tesoros es poder vivir bajo tu abrigo, confiados y seguros de que eres un Padre inigualable.
Te adoramos Señor, bendecimos tu nombre, te agradecemos por haber tocado nuestros corazones en este día. En Cristo Jesús, nuestra mayor muestra de valentía.
Amén y amén.