En este día especial quiero hablarles de mi padre y de las razones por las que puedo afirmar que mi padre es el mejor.
Mi padre celebró con gran alegría al saber que yo nacería y me abrió su corazón. Con paciencia me esperó y en esa espera lo escuchaba decirme lo importante que era yo.
Él acariciaba el vientre de mi madre y lo besaba con amor, mientras hacía los preparativos para vernos él y yo.
Cuando por fin llegó el día, en sus brazos me recibió y pude escuchar los fuertes latidos de su corazón que se combinaban con sonrisas, lágrimas y emoción.
Mi papá me arrulló en su regazo y me dió mil veces el biberón mientras yo aprendía cómo era el mundo exterior.
Sus manos me sostuvieron y me dieron valor para dar mis primeros pasos y vencer todo temor.
Es gracias a mi padre que me sentí confiada, segura, protegida, capaz de enfrentar cada situación, porque es un hombre valiente que lucha con quien sea o lo que sea, pero siempre a mi favor.
Sé que mi padre quisiera hacer mucho más de lo que ya hace para que yo esté mejor y ese esfuerzo constante quiero reconocerlo hoy.
Mi papá se ha superado a sí mismo, ha aprendido muchas lecciones, ha sido fuerte, ha abrazado la fe en Dios y se ha entregado por completo para garantizar que yo crezca sin ninguna limitación.
Él es un hombre honesto, alegre, amoroso, noble, generoso y compasivo que con su ejemplo me ha enseñado a ser lo que hoy soy.
Hay tantas razones por las que puedo decir que mi padre es el mejor, pero sin duda la más importante de todas es porque todo lo entregó para decir con orgullo que su hija soy yo.
Feliz día a todos los hombres valiosos que tienen el privilegio de ser padres.
