Sé valiente,
no para demostrar tu fuerza física
o tu fortaleza interior,
si es que las tienes.
Sé valiente,
porque mereces salir ganador
en medio de la contienda.
Sé valiente
y afirma tus pasos
cuando el dolor amenace con detenerlos.
Sé valiente
porque hay luz y fuego celestial en tus entrañas,
porque tienes linaje divino,
porque ya has ganado otras batallas.
Sé valiente
porque la cobardía te detiene
y se regocija en tus lágrimas,
te atrapa con sus grilletes
y amordaza tu alma.
Sé valiente
porque en la cima de la montaña
serás bandera para aquellos
que empiezan a escalarla.
Sé valiente
porque la vida no se detiene
y la eternidad no aguarda.
Sé valiente
y escribe historias que merezcan ser contadas.
Sé valiente…
porque los cobardes
no conquistan nada.